El orden no puede salir del caos sin una intervención. En una escala más grande el universo sería caótico si no fuera por la mediación divina de Dios. Otro ejemplo más simple es, que una mesa caótica y desordenada se puede ordenar pero solo por nuestra interferencia. Nosotros sabemos lo que es el caos porque antes sabíamos lo que era orden. Conocemos que la mesa está caótica porque antes la mesa estaba ordenada. Todo en este mundo tiene un orden pero solo por una intervención divina o en lo más simple una intervención humana.