En esta corta pero expresiva canción, L. Armstrong describe su visión del mundo y de la esencia de las cosas de su alrededor. Reconoce en la canción que no lo conoce todo, por mucho que el mundo sea maravilloso, como él dice; sabe que las generaciones futuras podrán conocer más y mejor que él y sabe que poco a poco la gente encontrará la verdad de las cosas, aún sabiendo esto, no deja de disfrutar y de admirar las cosas de su entorno.