Cuéntame una historia #18: 21603-168

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21603-168

23 de marzo de 2020. Noveno día de cuarentena, aislada la sociedad en sus casas, evitando la pandemia, evitando el ukif-27. 

Me llamo 21603-168, ya no importa la identidad de la gente, simplemente importa la generación a la que perteneces. Soy un producto de la pandemia, soy la reina en toda esta partida de ajedrez. Ahora mismo estoy delante de una pantalla, como el resto del mundo, conectado a una cámara y a una fuente de noticias instantánea. Soy afortunado, mi trabajo consiste en acallar cualquier tipo de rumor a cerca de la realidad, consiste en apoyar al Estado.

Todo comienza al norte de Nicha, hace tres años, Carimea nos amenazaba con acabar con nuestra economía si no les dábamos resultados de la cepa estudiada, ahí solo era un mero observador de todo. El trabajo en los laboratorios era continuo, no paraban de trabajar, solo veía a gente moviéndose, volcadas en sus ordenadores, en sus tubos de ensayo, no se oía más que el funcionamiento de las máquinas. Había una sala para cada investigación, pero solo funcionaba la del ukif-27. Esa misma tarde el director me llamo a su despacho, tenía un expediente impecable, un pasado volcado en mi país y lo único que buscaba era ser más útil. El director me dio la enhorabuena por mis logros y me ayudó a ascender en mi carrera, me nombró jefe de un equipo creado para mantener la calma en el país, me dio instrucciones a cerca del procedimiento que debía seguir, me hice mi propio equipo, formado por los que en un futuro serían mis mayores confidentes: 24603-765 ingeniero informático, 4102-364 con contactos en cualquier parte del país, 17400-279 tenía el control sobre todos los cuerpos de seguridad del país y yo 21603-168 tenía contacto directo con el Estado. Abarcábamos todos los cuerpos importantes de la sociedad y teníamos una misión importante. 

Las semanas funcionaban así; obteníamos información de posibles riesgos que alterasen a la gente y acabábamos con ellos, algunos eran más grandes que otros, y a medida que íbamos perfeccionando nuestro método obteníamos riesgos internacionales. Cuando obteníamos riesgos de Carimea, no solo buscábamos acabar con ello, sino que buscábamos contraatacar contra ellos, y lo más importante del trabajo era no dejar rastro. Éramos un motor invisible en el mundo. 

Sin embargo, la mañana del 15 de febrero todo cambió. Un científico no guardó las medidas de seguridad al tratar con la cepa y al día siguiente había expandido el ukif-27 fuera del laboratorio, ya no podíamos controlarlo. Las instrucciones que recibimos fueron monitorear internet para que la información que entrase pasase primero por nosotros y si ponía en riesgo el sistema, debíamos cambiarla, sin embargo, no fue hasta 2 días después que descubrimos una intromisión en nuestro sistema, el origen estaba en Latia. Procuramos solucionarlo, pero la información llegó a todo el mundo. Nunca, había sido tan consciente de la repercusión que tenía este equipo, hasta que vi realmente la información sin filtro, sin edición del equipo; el mundo se sumió en el caos. Ante el creciente número de contagios, el Estado no tuvo otra opción que parar la sociedad; y Carimea lo aprovechó. Sin embargo, el ukif-27 ya había llegado a Latia, a Pañesa y se extendía por todo el mundo. Las bolsas cayeron estrepitosamente, la gente realizaba abastecimiento de alimentos y retiraba dinero. Parecía el comienzo de una guerra. Mientras tanto, nosotros no éramos capaces de observar la realidad global, estábamos en primera línea en la lucha contra el arma más letal, la información. 

Pasaban los días y las semanas y poco a poco Nicha fue recuperándose, pero nosotros habíamos pasado a tener más poder, debíamos controlar toda la información que circulaba a nivel global. Carimea, cada vez más nos imponía nuevas condiciones, reclamaban una cura que todavía no habíamos logrado desarrollar; y poco a poco el Estado se fue dividiendo, entre los partidarios de continuar con el plan inicial y los que eran partidarios de ayudar al mundo. En este momento, fui consciente de la gran contradicción que había en el Estado, de la gran ambición que nos movía a haber diseñado una cepa con el objetivo de extenderla para sumir en una profunda depresión al mundo y que dependiesen de nuestro país. Me di cuenta de la gran conspiración que había ayudado a cubrir durante todos estos años, y que incluso a mi equipo y a mí nos habían dado información falsa, al fin y al cabo, habíamos estado ciegos y habíamos estado creando una verdad alternativa y habíamos tomado la verdadera información como un juego sucio de la sociedad que se oponía al Estado. 

Mi equipo y yo controlábamos la información, éramos los dueños incluso de la información que recibía el Estado. 24603-765, 4102-364 y 17400-279 también se dieron cuenta de la gran mentira que habíamos creado. Ante esto desarrollamos un plan para llegar a la verdad. El primer paso era infiltrarnos en los servidores sanitarios de Pañesa, que tenía una sanidad impecable, en Latia, hablamos con el mayor representante y en Carimea, contactamos con el gobierno y nos aliamos. Habíamos desarrollado la habilidad de no dejar rastro y debíamos ser muy cuidadosos, a toda esta situación contribuyó el haber estado fuera de las instalaciones gubernamentales. 

El siguiente paso de la trama era seguir realizando nuestro trabajo, el cual había cambiado desde que el Estado paralizó el país, cada información que nos entraba, la estudiábamos y antes de que saliese pasaba por un programa que era revisado por la mano derecha del presidente. Aunque el programa era bastante eficaz, mi equipo fue capaz de desarrollar una mejora a ese programa. Como la lluvia de información que corría por Internet era masiva, se implantó esta mejora. Ya teníamos este programa en nuestras manos. Pero, no podíamos ir tan rápido, debíamos tener el arte de saber hacer magia, debíamos guardarnos ases en la manga.

Sabíamos que corríamos el riesgo de ser descubiertos y condenados a muerte y a partir de un punto de nuestro plan no habría marcha atrás. Nos planteamos pedir a nuestros aliados nuevas identidades, pero sabíamos que nuestro Estado controlaba a sus hijos desde cualquier parte del mundo, era a lo que nos dedicábamos nosotros. A si que decidimos crear un laberinto sin salida en el caso de que surgiese algún imprevisto, el laberinto sería para cualquiera que intentara entrar en nuestros servidores. Este acertijo consistía en un juego mental, sin embargo, las soluciones para avanzar siempre serían erróneas y en el caso de que alguien lograse avanzar en el enigma el propio programa crearía un lenguaje infinito y un algoritmo programado para que nunca acabase. Además, el lenguaje que empleamos para programarlo fue diseñado por 24603-765 y solo él lo conocía.

Ya habíamos conseguido salvar nuestro cuello, el siguiente paso fue amagar al Estado, a partir de aquí la información que entraba la editábamos y la mandábamos al programa, sin embargo, el programa no la sacaba a internet sino que la lanzaba a un servidor creado por nosotros que era una imagen exacta de internet; y la información que nosotros recibíamos no la editábamos y la lanzábamos idéntica a internet; además fuimos destapando asuntos del gobierno que publicábamos en internet de una manera oculta. Curiosamente, nos fuimos dando cuenta que en todos los países afectados desarrollaron también movimientos de este tipo para mostrar la verdad de la situación en la que se vivía. Probablemente, hemos puesto un obstáculo a la guerra que se podría haber desarrollado a causa de las mentiras que yo mismo había creado. A causa de tapar al Estado frente a países que se habían visto afectados por el desliz de un mero científico y por la segunda realidad que se había transmitido. 

Soy 21603-168, Harry y vivo en Carimea, he salido del tablero de ajedrez y soy verdaderamente feliz viviendo la verdadera realidad, soy producto de conocer la verdad.

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